Carolina y Ramón tenían un sueño, organizar su boda en un palacio, en un entorno medieval donde todo lo que les rodeara fuera cultura, arte y arquitectura del siglo XV. El Palacio Ducal de Lerma, en la provincia de Burgos, fue el marco escogido por la enamorada pareja que encontró en este lugar todo lo que necesitaban tanto de infraestructura como de atención personalizada. Con estas premisas se organizó todo para un día perfecto.
La salida de la novia del Parador hacia la Colegita de San Pedro fue todo un acontecimiento. Un manto de lavanda y musgo en forma de camino que une el Parador con el lugar de celebración de la ceremonia religiosa.
La colegiata de San Pedro, lució espectacular con todo tipo de ornamentos florales acordes con la época del año. Tanto el interior como el exterior fueron una prolongación del camino nupcial que nació en el Parador.
El cóctel de bienvenida se organizó en los jardines del Parador con un juego de estaciones temáticas donde los invitados pudieron degustar selectos productos de toda España, pulpo de Galicia, anchoas de Santoña, jamón de Guijuelo, queso extremeños, limonadas de Madrid y muchas más delicias que se sirvieron en unos espacios ambientados según los deseos de la pareja y donde se colocó ¡una barcaza!
El Patio de Bolaños, el corazón del Parador, fue el escenario de la cena de gala. Aprovechando el espacio central rodeado de columnas las mesas se colocaron con decoración floral, en cada mesa una flor hasta un total de ¡35 especies!
Esta boda tuvo su propio jardín para la ocasión creando un precioso entorno para una noche de ensueño.
Los detalles se sucedieron durante toda la noche hasta la llegada del baile nupcial en el jardín de la Ventosilla, a la caída de la noche con una enorme cascada de artificio, donde las primeras copas se disfrutaron al aire libre.
Una boda de ensueño, una historia de amor. La boda de Carolina y Ramón nos emocionó y enamoró.